Tengo esta sensación que me envuelve cada verano, esta falsa esperanza con efecto placebo. Pero no puedo negar que ante el fracaso y la derrota suelo levantarme alegre y orgulloso. Supongo que ha sido mi forma de sobrevivir, mezcla de cabezonería y autoengaño. Sigo inocentemente esperando, que como en las películas todo de en algún momento un giro inesperado, que a partir de ese momento todo sea perfecto. Y sé que es mentira, sé que no existe ese efecto, que esto es una "loopmachine". Pero yo para caminar necesito mi zanahoria, necesito un poco de mentira Hollywoodiense. Necesito que siga existiendo la posibilidad de que mi vida sea esa "americanada" que tanto odiáis, sigo porque en el fondo quiero que Tyler Durden no tuviese razón.
lunes, 24 de junio de 2013
Dejadme volver a empezar, que ya sé como funciona esto.
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