Tú y yo... conocemos esa tierra
y a menudo hemos estado allí
en los largos días de antaño, los viejos días de la infancia,
Una niña morena de ojos verdes y un niño rubio
Fue por caminos de sueños, luminosos de hogueras,
y a menudo hemos estado allí
en los largos días de antaño, los viejos días de la infancia,
Una niña morena de ojos verdes y un niño rubio
Fue por caminos de sueños, luminosos de hogueras,
en el invierno blanco y helado,
o en las horas de los crepúsculos azules
de camas tempranas.
Cavamos buscando plata con la pala
junto a brillantes mares interiores,
y corrimos luego tierra adentro por prados
somnolientos
y por un cálido sendero retorcido
que nunca volvimos a encontrar
entre los árboles susurrantes.
sino ligeramente oscuro con la más leve luz,
cuando por vez primera se hizo visible
cuando por vez primera se hizo visible
la Cabaña del Juego Perdido.
Era la construcción muy antigua
blanca y techada de paja de oro
y horadada de celosías atentas
que miraban al mar;
y nuestros propios jardines de infancia
estaban allí.... nuestros propios nomeolvides,
margaritas rojas, mastuerzos, mostaza,
y un nemophilë azul.
Oh! En todos los bordes guarnecidos de boj
brotaban las flores preferidas.... el flor
la espuela de caballero,
el clavel y la malva real
bajo un acerolo rojo:
y todos los senderos estaban llenos de formas,
de formas vestidas de blanco que jugaban felices,
y con ellas tú y yo.
Y algunas tenían regaderas de plata
y mojaban sus ropas
o se salpicaban entre ellas: algunas trazaban planos
de casas, ciudades hermosas
o viviendas de los árboles;
y algunas trepaban al techo;
y arriba canturreaban solitarias
y algunas bailaban a la ronda
y tejían coronas de perladas margaritas,
o cazaban dorados abejorros;
en las noches adormecidas del verano,
cuando tú y yo nos perdimos en el Sueño
y allí nos encontramos....
tu pelo negro sobre el camisón blanco
y el mío rubio enmarañado?
Erramos tímidos de la mano,
o retozamos en la arena de las hadas
y en cubos recogimos perlas y caracolas,
mientras que alrededor los ruiseñores
cantaban en los árboles.
Pero aquí y allá una pareja
de mejillas rosadas y pelo enmarañado
debatían extraños asuntos, infantiles y antiguos,
y entre ellos, nosotros.
¿Y por qué llegó Mañana
y con una mano gris nos arrastró;
y por qué no encontramos nunca la misma
antigua cabaña o el mágico sendero
que cruza un mar de plata,
y esas antiguas costas y jardines hermosos,
donde están esas cosas que fueron una vez....?
Ni tú ni yo lo sabemos.
Ni tú ni yo lo sabemos.
................... :)
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