martes, 20 de septiembre de 2011

La ciencia y yo.

Tengo esto abandonado...

Y es que estoy tratando de solucionar mis pequeños y grandes errores del pasado, sumido en el caos y en la frenética actividad del laboratorio, en las votaciones y discusiones de la delegación de alumnos. Absorto con la preparación de entradas para divulgación científica... Con el cerebro siempre ocupado tratando de resolver problemas nuevos y otros más antiguos.

Y sin embargo ahora mismo me he sentado en la sala de estudios de mi facultad, demasiado cansado para estudiar, sin trabajo que hacer en el laboratorio, y totalmente solo.

¿Dónde está la gente?

Es septiembre, los exámenes han terminado, las clases no empiezan hasta la semana que viene y los laboratorios bajan su actividad al mínimo durante la tarde.. La gente, ¿dónde está? Me acabo de dar cuenta, que fuera de estas paredes la vida sigue, la vida sigue sin mi... sin descanso.

El silencio inunda la sala de estudios, la biblioteca está vacía... Me percato de que no tengo una conexión fuerte con nadie ahora mismo, no tengo a quien llamar para contarle estas cosas, me siento por unos segundos como ese niño que juega en el supermercado distraido de lo mundado, concentrado en sus cosas...ese niño que de pronto levanta la cabeza y ve que su madre no está allí.

Recuerdo cuando era uno de esos niños, recuerdo que la ciencia era misterio, pensaba en el universo y las hormigas... en lugar de jugar al fútbol con el resto de niños prefería abrir pilas de 6 V para ver qué tenían dentro. Recuerdo pasar horas mirando las estrellas con los prismáticos...convencido de que sería el primero en ver algo increíble.

Cerca de mi antiguo colegio existe un laboratorio municipal muy viejo, data de 1883, podéis ver en las fotos su aspecto, aspecto que apenas ha cambiado durante su historia. Mantiene los hornos en los cuales incineraba animales portadores de enfermedades, la fachada impoluta pintada de un amarillo claro, con nombres adornándola...Pasé por delante del mismo todos los días durante más de 15 años.

¿Qué ocurriría allí dentro?

Me lo preguntaba, sin ni siquiera plantearme que podría entrar, y es que si alguna vez pensé que podría hacer ciencia de pequeño...mis primeros profesores se ocuparon de quitarme esa idea de la cabeza, trabajaron duro para matar mi curiosidad, para demostrarme que no valía nada como estudiante. Era aún un niño pequeño, pisoteado por el mundo y sus habitantes, un niño sin demasiada autoestima pero con un ego más grande que él mismo, un niño que se ensimismaba en esos detalles a los que nadie prestaba atención, y al que le reñían diariamente por ello. Pero tenía algo genial, una madre que nunca le decía "porque si"....y eso que aquel niño era un obseso de de los "¿por qué?", al que ninguna explicación le parecía suficiente.

Un día, mi madre, sin avisar fue al laboratorio municipal y habló con la gente que trabajaba allí para llevarnos a mi hermano y a mí de excursión. Nunca olvidaré aquel edificio, aquellos instrumentos de vídrio, aquellas batas blancas...Se convirtió en un sueño, deseé con tantas fuerzas poder ponerme una de aquellas batas y hacer ciencia...

A mis compañeros aquello no les habría dado ninguna envídia, ver un laboratorio no estaba por supuesto entre sus preocupaciones. Aquel sueño terminó siendo olvidado con el pasar de las cosas, pisado por profesores y planes de estudio...virtualmente impedido por ser un TDAH en un mundo de normales, hasta que finalmente me olvidé incluso de qué era... lo que me gustaba.

Tuvieron que pasar unos años, hasta que cumplí 19, también necesité cambiar de instituto, y terminar en las manos de una profesora de química de la que ya he hablado antes. Estaba entonces totalmente perdido, y si soy sincero tampoco tenía interés por encontrarme, me daba igual norte que sur...este que oeste.

No se puede razonar con alguien así, ni tan siquiera yo podía razonar conmigo mismo. No tenía hermanos mayores que me aconsejasen, por supuesto negaba toda autoridad y el mundo que me rodeaba era incluso más inmaduro que yo mismo.

Así que pronto dejé de ir a clases, no tenía interés en las mismas y además estaba acostumbrado a que las clases no sintiesen interés por mi. Pero esta profesora se ocupó de cambiar eso, se interesó personalmente sin que fuese ni tan siquiera su trabajo, sin ser ni tan siquiera la "tutora" de mi curso. Aquella profesora nos llevó de excursión a ver los laboratorios clínicos del centro de donación de sangre, lugar en el que poco después pararía el bus que me lleva a la facultad... pero eso son anecdotas, lo importante es que me ayudó a ver que yo era capaz. Consiguió que volviera a intentar aprender.

Ese año aprobé selectividad, pero seguí sin recordar qué es lo que quería, ni tan siquiera tenía interés en empezar una carrera. Realmente no quería hacer nada, y cuando digo nada es nada. Y si mi madre hubiese sido otra, habría dejado aquello pasar, y a saber qué estaría haciendo yo ahora mismo...
Pero me apuntó a la carrera de biología, durante años la culpé por haberme apuntado a algo que yo no quería, sin tener en cuenta que cuando no eliges... el mundo lo hace por tí...sin darme cuenta que ella me salvó de que el mundo eligiese por mi, sin pensar que me conocía mejor que yo mismo.

Los primeros años en biología no fueron demasiado buenos, no me gustaba casi nada de lo que hacia, apenas sentía interés por las clases...lo suspendí todo, culpo al TDAH, pero tengo claro que yo también era culpable... La mayor parte de los días ni entraba a clase, me quedaba leyendo libros en la biblioteca o jugando al ordenador.
Un día descubrí un libro llamado "Homenaje a Gaia" una autobiografía del científico James Lovelock. Me cautivó su historia desde la primera hoja, me atrapó su forma de ver la ciencia y me devolvió las ganas que había ido perdiendo durante los primeros momentos en la facultad, así decidí intentarlo con más ganas...

Durante el tercer año de carrera seguía estancado en los primeros cursos, era de todo menos un buen alumno, pero había decidido intentarlo, así que por cambiar un poco decidí matricularme en una nueva asignatura: microbiología, y vaya decisión.

Desde el primer día...me entusiasmó, luego me fascinó...Luego, me enamoré...
No faltaba ni a una sola clase, mis apuntes se actualizaban cada día, ampliaba información una y otra vez... No había clase en la que no preguntase un mínimo de 3 veces...hasta dejar a los profesores sin respuestas, era...como volver a ser un niño, ¿y por qué?...¿y por qué...?

Las profesoras y profesores me trataron con un cariño al que no estaba acostumbrado... y al final del curso aprobé mi primera asignatura anual con un notable. Premiaron mi esfuerzo diario, más que el oportunismo, me ayudaron y soportaron mis miles de preguntas en clase y en tutorías; e incluso aguantaban cuando al terminar las clases los perseguía hasta sus despachos contándoles todas las ideas y experimentos que quería realizar...

Decidí crear un blog sobre microbiología, aún sin saber demasiado del tema entré en el mundo de la ciencia 2.0 La primera persona a la que conocí y seguí fue a uno de esos bloggers que conoces por casualidad gracias a Google. Se trata de Copépodo. Mi primer contacto en twitter y a partir del que poco a poco me fui haciendo un hueco en el mundo de la ciencia en internet

Volviendo al plano real, los siguientes años de carrera los dediqué a consumir todas las asignaturas que ofertaba el departamento de microbiología...hasta que llegó un punto en el que todos allí me conocían. Veía aquel departamento lleno de instrumentos, lleno de batas blancas y sentía unas enormes ganas de dar rienda suelta a toda mi curiosidad... pero para poder hacer aquello necesitaba una buena nota media, y claro...para alguien como yo aquello no era cosa fácil. Así que lo dejé por imposible y me centré en saciar mi curiosidad con todos los datos que llegaban a mi mano.

Durante la feria de abril de 2010 se celebraron en granada unas jornadas de ciencia y blogs, a las que encantado acudí. Como sevillano, saltarme la feria de abril debería ser un crimen...pero tal como cuando de pequeño prefería las hormigas al fútbol...en aquella ocasión preferí ir de aventura que quedarme emborrachándome entre casetas y rebujito...

Recuerdo que al llegar estaba muy cortado...allí estaban los "grandes" de la red, me acerqué y como pude me hice del valor para empezar un conversación... en aquel momento yo me sentía bastante insignificante, rodeado de genios a los que admiraba y admiro... Cuando descubrí que alguno conocía mi humilde blog...cuando noté que me trataban como si yo fuese...¡ igual que ellos !, me llené de alegría. Decidí que me esforzaría mucho más en divulgar...que invertiría mucho más tiempo en los blogs y que escribiría para todos aquellos que amaban la ciencia, para aquellos curiosos que por falta de preparación no entendían algunas cosas. Escribir...pensando en mi "yo de la infancia".

Me olvidé de hacer ciencia, pero decidí contarles a todos lo poco que sabía de la misma.

Durante el verano de 2010 nació amazings.es, el mayor proyecto de divulgación que existe en español, y al que por supuesto seguí desde ese mismo momento. Durante el invierno de 2011 uno de los miembros de amazings, que es además profesor de matemáticas en la Universidad de Sevilla, organizó un ciclo de conferencias. Tal como lo leí decidí que iría a todas las charlas, después de mi gran experiencia en Granada no perdía oportunidad alguna de acudir a este tipo de actos.

Hablando el tema con un amigo...se nos ocurrió la idea de retransmitir estas charlas por internet para todos aquellos curiosos que por una razón u otra no podían acudir a las mismas...Comenté la idea a uno de los jefes de Amazings y al profesor de mates (Tito Eliatron) y dieron su visto bueno.

Una experiencia genial retransmitir aquellas charlas, una experiencia que me abrió la puerta para formar parte de Amazings...

Una gran reto, escribir para el público más selecto del mundo...un reto que pienso, superé medianamente bien.

Mientras me documentaba para uno de aquellos artículos, surgieron algunas dudas que decidí resolver con mi antigua profesora de microbiología. Una casualidad...una causalidad. Entré allí para resolver dudas, terminé desahogándome con la profesora al respecto de todos mis problemas con la carrera, que eran y son muchos, y salí de aquel despacho con un puesto en el departamento de microbiología.
Así de rápido parece simple, sin embargo lo cierto es que durante años nunca dejé de mostrar mi amor descarado por aquel lugar, seguía pasando por allí sin tener clases... me sentía como un enamorado asustado de que le rechazaran por no ser suficiente. Pero al final, mi cabezonería y la divulgación abrieron aquella puerta

Este verano, he estudiado más que en toda mi vida, he luchado como nunca lo había hecho. He disfrutado como nadie imagina, invirtiendo cada minuto de mi tiempo libre con total alegría... con la bata puesta... He llorado de felicidad, y he necesitado 2 meses para ceer lo que me estaba ocurriendo.

Y hoy mientras hacía una transformación bacteriana...miré por la ventana y ví como el sol amarillo coloreaba una pared...

Recordé la insistencia de mi madre y sus esfuerzos. Me acordé del laboratorio municipal, de sus botes de vídrio, de la sensación que sentí. Recordé aquel sueño... y todos los pelos de mi cuerpo se erizaron.

Me acordé de mi profesora de química del Instituto Velazquez, me acordé del laboratorio de donaciones de sangre

Recordé a James Lovelock y a mis profesoras de microbiología. Me acordé de Granada, de la conversación con Copépodo, recordé a Tito Eliatron, me acordé de Amazings y sus gentes...

Hace un rato, me dí cuenta que estaba inmerso en lo que una vez, hace ya casi 20 años, soñé. Inmerso en algo que pensé era imposible para mi.

No hace mucho tiempo, ni siquiera sabía qué quería hacer, ni tan siquiera tenía motivos para sonreír...Hoy apenas puedo pararme a pensar que estoy solo, y que ni tan siquiera me importa estarlo.

Hay en mi vida dos tipos de personas: aquellos que han apostado y siguen apostando por mi. Y aquellos que me menospreciaron minando mi confianza.

A los primeros...Gracias. Gracias por todo, gracias en especial por apostar por un niño inseguro e hiperactivo que tiende a emocionarse y obsesionarse con los pequeños detalles...


Me preguntaba al principio... "¿dónde está la gente?" Ahora sé que la pregunta correcta es: "¿dónde estoy yo" También me preguntaba sobre lo que ocurría dentro del laboratorio de mi infancia. Ahora se que la respuesta para ambas preguntas es: ¡ Ciencia !


EDITO desde Bilbao para poner este vídeo...y decir que "¡ Tengo envídia de mí mismo por estar aquí ahora mismo y formar parte de Amazings !"