La llama del verano, me gusta pensar que era un cohete que despegó aquel verano de 2021 y me sacudió como nunca, me sacó el aire las lágrimas y los sentidos. De tanta luz pude hacer que ni sombras hubiese durante aquellos días iniciales. Lo habré hablado 100 veces con Carmen, ese cohete no iba a subir por siempre. Cuando la primera etapa se apagó y se separó el módulo principal, no hubo un frenazo. Yo esperaba lo peor, esperaba que la oscuridad lo inundara todo y la lluvía me llevase al suelo bajo el barro otra vez. Pero ese cohete llevaba demasiado, ese cohete llevaba el empuje de mi abuela, el dolor de mi madre, la constancia de mi padre, el abrazo de mi hermano, el reencuentro de con Carmen. El cariño de tanta gente. Y aunque el Fenix no creyó en mi ni en mi cambio también me apoyó como siempre.
El módulo flotaba con el momento inercial de aquel lanzamiento y yo no sabía como...pero apreté los dientes y me enfrenté a todo lo que venía, la defensa de tesis del Fenix, la mudanza de aquel sitio de pesadilla y esa tesis que no salía por ningún lugar. El cambio estaba firmado, no era una fantasía, no era una finta. El módulo estaba en órbita y yo apretaría los puños para que el sol brillase en mi pecho. Hubo momentos mágicos como todos esos vividos en el polo norte con el Fenix, esos cielos de los que ojalá algún día venga a contaros por aquí, ojalá que esto volviese a ser mi diario emocional para lo bueno y lo malo, y no sólo un lugar al que acudo de forma puntual porque necesito ver dónde están las estrellas.
Pero debemos seguir, pasó noviembre y nos traje mi obligado fin del año fiscal...otra vez. Ha sido todo muy duro, todo muy desquiciante. La navidad venía y yo le tenía mucho miedo...enfrentar la época del año que más vivo me hace sentir...cuando todo parece muerte a mi alrededor. Enfrentar las cenas de navidad y la falta de ilusión...miedo real, miedo vivo...Pero como de costumbre cuando esperas algo, rara vez suele ocurrir como lo esperas. Ellie me regaló un libro de estos que curan el alma, los bichos me obligaron para mi bien a tener todo un largo viaje en coche barco y avión...y para cuando llegué a España, no había navidad. Había sol, más de 20 grados y un rebrote de la pandemia. De una cena de navidad con 13 o 14 personas a una siendo 3. De mil planes a improvisar con las mismas 4 o 5 maravillosas personas. Y no es que las otras sean menos geniales, es que Fuentes y Carmen sin duda fueron mi regalo de navidad un non-stop de hacer cosas de emociones como niños que buscan juguetes en los escombros de una ciudad bombardeada. No amigos, el módulo estaba en órbita...y el 31 de diciembre, con todo en contra volví a demostrar que apretaba los dientes y las órbitas seguían estables.
White Town - Your Woman (The White Panda Remix) | Bass Boost Music
Reuní a quien estaba disponible, mi hermano y celia, sus amigos, alguno positivo que iba a estar en total soledad, a Carmen y Fuentes. Y los saqué a la calle como antaño, como hacía 15 años sin un plan, sin un cotillón tan sólo con la inercia de ese cohete, con ese puto sol que debe brillar en mi si no brilla en el cielo. Nunca más quedarme escondido llorando, nunca más en silencio renunciar al mínimo intento de ser feliz, nunca más esperar llamar la atención por medio de la pena. Nunca más perderme a mi mismo incluso ante el dolor. El flow, el "deslízate" que tanto me costó entender cuando se lo decía su pingüino interior a Jack. Soy el puto sol veraniego de Jack, nunca más ácido podrido de motor.
Pero este modulo espacial tiene que seguir. Esta era sólo la primera parte, hace tiempo que me pregunto cómo va a ser. Y claro si la clave es fluir cuando hay corriente y nadar cuando se puede...cuesta dar con la respuesta. La respuesta...como si hubiese una pregunta. No la hay, esto es más de analizar a posteriori como hago ahora mismo.
Nadar ha creado un flujo, mi jefa me encargó un pequeño trabajo que ha despertado un poco las esperanzas y me ha dado algunas herramientas y la excusa para tocar los ordenadores, algo que siempre me ha encantado. Pero es que a la vez he sido bendecido por los italianos, dos compañeros de trabajo que han llegado justo cuando parecía que poco me quedaba de esperanzas. Y la marejada ha explotado en un congreso, el primero al que acudía desde 2014, quizás uno de los momentos más importantes de este año para mi. quizás otro inicio de explosión. Lo que pasa es que a diferencia de los lanzamientos en tierra que comienzan con una gran explosión que lanza a los astronautas contra varias Gs de...en órbita el aceleramiento se nota algo menos, va más lento quizás no te das cuenta del todo hasta que no ves por la ventanilla las estrellas moverse y el planeta hacerse pequeño. Creo que el cohete vuelve a moverse, esta vez da mucho más respeto. Esta vez no parto desde el barro oscuro y pegajoso, esta vez la posición es de mediana comodidad y eso lo hace más scary.
Pero voy a apretar los dientes, he preparado mi cuerpo. Y voy a seguir mejorándolo y cuidándolo. Voy a remar, y a seguir el flow cuando aparezca, voy a ver a dónde me lleva todo esto, pero me lleve a donde me lleve tengo que brillar como un millón de soles, porque si no doy calor no lo recibiré. Porque entre tantas sombras alguien debe brillar. Paso a paso etapa a etapa. La próxima charla, el próximo experimento, la próxima carrera...así hasta la siguiente oportunidad y la siguiente decisión.