viernes, 18 de septiembre de 2009

Voy a ser... seré más !







Estaba leyendo a la chica de los asteriscos, y he pensado en la arena.

De como madurar des-madurando. Sobre la casualidad y las matemáticas, la determinación, la duda, el saber que se debe hacer... y no hacerlo.

Erase un joven príncipe, preocupado por las estrellas y las galaxias. Obsesionado con las hormigas y los peces. Enamorado de la arena en todas sus variantes.

Cada verano el joven príncipe acudía a la costa real, allí todos los ciudadanos disfrutaban de sus días de relax, del sol, el agua, la brisa, la noche...
Un idílico paisaje a ojos del lector o el telespectador, una pesadilla a ojos del príncipe.

Tan importante eran los demás, incluso más que él mismo, encajar, gustar, ser parte del resto. Era un anhelo, pero no del tipo deseo, era del tipo sueño de tarde de biblioteca.

El joven príncipe los observaba con quien observa a una manada de mandriles. Ellos, ignaros a tal vigilancia actuaban año tras año igual. Con el tiempo el joven príncipe, cómo si se tratase de una cadena de márkov, aprendió a desentrañar todos los misterios de aquellos seres a los que tanto deseaba pertenecer.

Aprendió a descubrir quien era el lider, y quienes sus secuaces.
Quien era el bufón y quien el humillado.
Aprendió a diferenciar los distintos gestos que hacían las chicas, el cómo hablaban entre ellas, dando la interesada la espalda y siendo la amiga la que observaba, del cómo el chico se hacia el duro, cruzando los brazos elevando el mentón, e ignoraba todo lo que pudiera ser confundido con algo infantil. Vio cómo luchaban por la pelota, y cómo las chicas observaban todo.
Las palabras los gestos, las miradas. No existía secreto para el joven príncipe. Ni la química, ni la biología ni la astronomía se le resistían. ¿Porqué habían de resistirsele aquellos chicos?

Hacer teatro fue harto fácil, una partida de cartas en las toallas. un comentario inteligente, pisotear al bufón. Unas bromas a la chica objetivo, unas miradas, unos roces.... Era demasiado fácil, al príncipe no le satisfacía... no funcionaba... si no era natural no tenía valor. De que servia conseguir lo que quería si no era él mismo.

Pasaron los años y el príncipe se escondió en su castillo, temeroso de no ser lo que todos esperaban, escondiendo lo que era, mostrando la tranquila y madura actitud que debía mostrar.

Y recordaba el príncipe, mientras hacia su papel, cuando de pequeño jugaba con la arena, excavaba, construía canales, muros, castillos, montañas..... Y cómo era feliz él, solo, sin pensar en nadie. Madurar había significado convertirse en uno de esos chicos de su infancia, uno de esos que aparentaban y seguían el guión. Madurar había sido un error.... Jugar era la solución.

Pero ya no era un niño, iba a costar dar el primer paso... Sentarse en la arena con la mirada disimulada y mientras tanto la mano acariciando la arena fría, levemente jugueteando... hasta que las uñas desgarren la capa blanca en busca de la compacta y más profunda arena húmeda. Luego el otro brazo. Poco a poco la arena comienza a tomar forma, en ese punto, ya no hay vuelta atrás... Si hago el ridículo, si no hago lo que debo hacer, ya eso dará igual, lo importante será cavar !

Alzo la mirada tengo la cara llena de arena y una sonrisa incontrolable !
Noto el agua en el fondo del profundo pozo que he cavado con mis manos !
La montaña acumulada de arena toca las estrellas !
Doy vueltas...hago la croqueta !
Más arena...más arena !
Esos chicos parecen aburridos... tienen que aparentar ser chicos duros....
¿Yo?
Construyo otra muralla de arena !
Mis obras son la envidia de todos los infantes de la costa !
¿Ellos?
Fingen, pierden el tiempo, consiguen una historia de la que presumir una noche
¿Yo?
No tengo control, voy al agua! vuelvo a la arena ! Me da igual de todo y de todos ! A esto es lo que llaman libertad !

Ellos no son ellos.
Yo, soy dos veces YO

Y así fue, cómo el joven príncipe volvió a jugar con la arena. Así fue como volviendo a ser un niño de 6 años consiguió ser el más mayor.


(Primera foto: cordillera solar
Segunda foto :Huella de gallosaurio, y fósil de miriapodo del carbonifero xD)

4 comentarios:

  1. pues entonces, no te metas en equipo de dirección de un rodaje, todo el día con el pinganillo en la oreja, hasta que un día te gritan 20 veces que hablan específicamente contigo y que qué haces, y sueltas "que estoy haciendo pis, joder!!!" y lo oye hasta Fernando Colomo....

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  2. La chica de los asteriscos :P dixit:
    pero lamentablemente, la arena dura un segundo, más allá, es imposible olvidar que ya no somos niños...

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  3. Me encanta este post, me recuerda a las cosas que he pensado siempre que me encuentro en un lugar en el que me siento extraña, y en e que se supone que tengo que comportarme de una determinada manera.

    Muchos besos, Raven

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  4. Pelodegato: seguiré ese consejo de no meterme a un equipo de direción, y a controlar el pinganillo xD

    Chisca de los asteriscos: Un segundo puede ser suficiente si aplicamos el eterno retorno de Friedrich Nietzsche (a conveniencia para ser feliz ! )

    Selene: Gracias :D ! A veces uno se cansa de hacer teatro, y decide improvisar dónde no se debe, e incluso a veces la jugada sale bien !
    Besos también para tí Selene

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