jueves, 23 de diciembre de 2010

¿Peor que el infierno?



Cuando tienes miedo a fracasar, y no actúas...a la larga fracasas. La no acción suele ser lo mismo que un fracaso pasivo. Un fracaso obligado, puedes pensar erróneamente que al ser más lento y no implicar tu decisión dolerá menos y podrás asimilarlo mejor, pero es mentira. Una vez llega, eres consciente de que no actuar también implica una decisión que además sólo tiene una consecuencia: el fracaso. Entonces llega ese arrepentimiento que tanto odiamos.

Es por eso que tras sufrir uno de estos "fracasos por omisión" el cuerpo pide que la siguiente vez el dolor sea más rápido y no una tortura de años.

Tiempo después ves como la gente a tu alrededor comete tus mismos errores, quedarse parados esperando, esperando...como si fuesen inmortales y pudiesen volver atrás en cualquier momento ! Les avisas de lo que se les viene encima, pero no suele funcionar

Otros, saltan. Esperando gloria y encontrando muerte. Pero muerte rápida. Una vez perdida la oportunidad y jugadas las cartas, intentan otra cosa. Quizás el siguiente salto salga mejor.

Cuando vuelve a tocarte, lo ves claro. Quedarse quieto es fracasar seguro, además implica sufrir durante mucho tiempo y no poder empezar nada. Así que hay que jugar si ganas bien, si pierdes, mañana será otro día. Y saltas ! esperando gloria o muerte...

Cierras los ojos asustado por ver que va a ocurrir el suelo se acerca, tiras de la anilla del paracaídas, juegas tus cartas. ¿Gloria? ¿ Muerte ? Nah..algo mucho peor, peor que el infierno del fracaso. ¿Qué es peor que el fracaso?

Os lo diré, "El limbo" has caído en el mar, no has muerto, no has obtenido la gloria. Juegas tus cartas, no hay nadie en la mesa, no ganas, no pierdes. No hay gran porrazo y gran disgusto pues no has fracasado. No hay por ende un "nuevo comenzar" Tampoco has ganado, no hay alegría no hay celebración. Pero lo peor es que ya has saltado, que ya has jugado... No puedes pasar horas pensando y planeando la jugada.

Es como si tras pasar días reuniendo el valor para decirle a una chica que te encantaría besarla. Y que esta te sonría, te de un abrazo y te diga que quiere volver a verte. Y siga hablando y estando contigo, pero la cosa no pasa de ahí. Después de reunir el valor esperabas estrellarte o triunfar. Pero lo que has encontrado es un limbo en el que no tienes derecho a ninguna de las dos cosas. Una zona totalmente gris a una distancia equidistante de la felicidad y la tristeza. Del triunfo y del fracaso.

Un lugar desértico, lleno de espejismos. Un sitio que si no conoces te llevará a tu total destrucción. Por eso esta vez haz caso a quien ya pasó por allí. Olvídate de su sonrisa, que era una trampa. De su abrazo...no creas nada. Recuerda de quién es la culpa de que ahora estés perdido en el desierto. No es tuya por supuesto..¿De ella? No es tu problema, bastante tienes ya encima. ¿Sus palabras? Que volvieras te dijo, que la esperaras, frases que no dicen mucho, como esqueleto sin piel, al que con tu esperanza pones carne.

No, ni sentarte a esperar, ni correr en círculos. Tendrás que desear que los gorriones te saquen de allí, o a que los cangrejos carguen con tu barco hasta el mar. No tener esperanzas de que ese limbo se convierta en paraíso, no tener miedo a que pase a ser infierno. Tienes que desear irte, que ella no signifique nada.

5 comentarios:

  1. Un buen texto y una gran verdad. El miedo te paraliza y en ocasiones es evitable aquello que temes, solo necesitas sacar fuerzas de donde sea posible y luchar contra ello. Y cuando se trata del amor...ay. Duele más el amor que la muerte cuando se vuelve en tu contra. Dicen que lo mejor es recordar los buenos momentos, pero eso no basta. En el peor de los casos te corroe incluso más.
    Ánimo y a seguir el camino :)

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  2. @Victoria: Gracias por los ánimos y bienvenida a este mi humilde vertedero de sentimientos.

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  3. Me llegó ayer mismo, pensaba ponerte algo por aquí... pero que impaciente eres !

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  4. El limbo te atrapa, como si fuera un imán, pero hay que hacer por salir de allí, por evitar su influjo, y caer ya sea hacia el cielo o hacia el infierno...

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