Es curioso...tengo música para todo.
Para cuando necesito fuerzas y ánimos, para cuando estoy triste, enfadado, cuando odio a alguien (o el mundo al completo), para el corazón roto, la contemplación....
Ahora ese "para todo" es en realidad para casi todo. Hoy he descubierto que no tengo canciones para cuando te sientes una mierda por romperle el corazón a alguien que te quiere.
Así que...comeré para preparar mi estómago. Y luego usaré un coctel químico, reducir la recaptación de dopamina, activar los receptores retrógrados, inhibir las COX1 y 2. También usaré un depresor débil que quizás se potencie con los restos de las benzodiacepinas de anoche. Todo aderezado con cafeína para compensar la posible bajada de actividad encefálica.
Me pregunto si seré capaz de cambiar el hilo musical de mi alma por medio de la psicofarmacología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario