sábado, 16 de marzo de 2013
Racionalmente irracional, sonrientemente triste. Alegremente andante. Los corralones
"-Hiciste lo que debías hacer."
"-Me encanta que seas tan racional, me encanta más aún que no puedas ser irracional"
"-El que toma la decisión es el que más sufre, y eso sólo lo sabemos los que la tomamos"
"-No, tu tienes que sonreír más, más más"
"-Piruleta azul :)"
"-Qué bien hueles cabrón"
"-Me encanta, tu espalda :D"
"-Hacía mucho que no veía a alguien sonreír así"
"-Me alegra mucho que te lo hayas pasado bien"
"-Se como te sientes"
Abrazo, abrazo, abrazo, abrazo, abrazo....
No, no. No estás solo. Con el corazón tan roto en átomos pienso que no me importó nada, ni arrastrarme, ni cargar con todas las culpas, ni abrirme a los demás y contar todo lo que sentía. Y bueno... creo que es la primera vez que lo hacía, ¡y cómo me alegro!
Creo que nunca me habían dado tantos abrazos y tantos besos :')
Creo que nunca tanta gente se había empeñado en verme sonreír.
Creo que hacía mucho, mucho, mucho que no sonreía.
Y si me dan menos vuelta en el bar de la que me corresponde, la pido. Si me dan más de la que es la devuelvo. Sólo quiero lo que me corresponde, ni más ni menos.
No quieren que diga gracias...pero para mi hay 3 palabras que pesan como planetas. "Gracias, lo siento y ánimo" Y por eso mis "gracias" no son, nunca, ligeros.
Y aunque pasé durante toda la tarde por la paranoia y la tristeza, aunque cada vez que veía alguien con el pelo rojo, me caía dentro de mi... Nadie me dejó hacerlo.
Para la gente es una tontería, mucha gente sólo quiere salir, divertirse y olvidarlo todo. Yo no, yo no quiero olvidar nada, ni quiero evadirme de nadie. Yo no soy así, yo necesito sonreír recordando y siendo consciente de todo.
Un momento de Poincaré.. Cuando atravesé aquel pasillo largo y oscuro, que parecía llevar al infierno. ¿Sabéis esa puerta de cochera perdida en una calle del casco antiguo sevillano... seguramente lleve allí más de 50 años, hay gente en su puerta pero no se escucha apenas ruido. Fuera todo es frío y calculado estatista y triste.
¿Habéis visto el viaje de Chihiro? Pues la sensación fue parecida a cuando la protagonista atraviesa un viejo túnel para llegar a un mundo nuevo.
Me llevasteis a través de ese oscuro túnel, y al otro lado... un mundo nuevo, el corazón de la ciudad, el de verdad, un mundo vivo, el lugar más anárquico que he visto nunca. Un lugar salido de mis historias de georgia, Un refugio, una isla, otra dimensión. Tan antiguo como joven. Tan vivo como en ruinas.
"-¿Quieres que te lo enseñe entero?"
Claro, bua..querría una lección de historia y arquitectura del lugar. No creo que existan paredes con tanta vida, y tantas historias olvidadas...
"-Mira, allí arriba también se puede subir, ¿quieres ir?" Dijiste señalando una azotea alta llena de gente. Me encantan, las azoteas ! ¿Cómo me iba a negar?
Había que volver al mundo real para ir a aquella azotea, pero merecía la pena. Unas escaleras al más puro estilo matrix, que terminaban en una azotea desde la que se podía ver todo. Se podía ver todo el lugar con la gente divirtiéndose, se podía ver el Palacio de Dueñas e incluso las Setas...
"-Las setas están allí, lo que dicen que es el corazón de Sevilla, pero ahora estarán vacías. El verdadero corazón de la ciudad está aquí"
Que razón tenías al decir aquello, pude ver el corazón de verdad, El que late lleno de irregularidades e imperfecciones, el que me mira y me hace sonreír. Y a lo lejos ese corazón artificial y prefabricado, que sólo es llamativo, y oficial, que me entristece con sus luces blancas, lleno de normas y reglas de acero, sin ser salvaje sin ser "auténtico". Desde allí arriba, desde aquella azotea, vi parte de la ciudad, la parte nueva y la antigua. Vi a la gente desde lo alto, empecé a tomar perspectiva, y antes de que pudiese pensar nada malo, me diste un beso en la mejilla, y la tormenta paró. El cielo tenía el color de la arena del desierto, o quizás el de una playa coralina, ese rosa apagado que refleja la luz de las viejas ciudades. Y como la arena en una tormenta al caer, que permiten ver el cielo. En ese momento las nubes dejaron ver las estrellas. Y seguían allí. No se habían ido. 3 estrellas formando un triángulo perfecto. Mientras en la vieja radio de la ventana sonaba LOS ASLÁNDTICOS - "Mi Primer Día".
Y sonreí, porque había creado un recuerdo para siempre, un recuerdo de Poincaré.
No os engaño, sigo triste, sigo hecho una mierda, sigo con ganas de llorar y tardaré mucho, mucho en estar bien. Pero, la sensación de sentirme acompañado, la perspectiva de descubrir y verme allí en lo alto, el darme cuenta que hacía mucho, mucho, que no era yo mismo. Que me había vuelto artificial y metálico, cuando soy contradictoriamente ácrata, cuando amo los sitios como ese llenos de vida e historias. El sentirme querido, el saber que hay humanos que no quieren verme triste, que necesitan verme sonreír, hace que las cosas sean distintas. Gracias a todos, (y en especial) a... xD ah espera, que me pediste que no te diera más las gracias, bueno pues para ti, sonrisa.
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