sábado, 5 de febrero de 2011

Dando la brasa: Absurdo



Cómo un ciudadano que salva un cuadro del incendio en un museo, el otro día saqué esta obra de arte de un blog que ha muerto. Así que a partir de hoy podréis disfrutar de ella aquí, y siguiendo con la intención inicial de su autor dezaragoza, podéis copiarla y hacerle tantas fotos cómo queráis.



sábado 4 de julio de 2009

Absurdo.


Aviso: aquí hace un calor bochornoso que quita las energías, estoy agotado por el trabajo y abajo, muy abajo, estoy KO. Avisados/ as quedáis.


Bajo un cielo verde nuclear la bandada de patos, como cada tarde al amanecer, vuela hacia atrás en perfecta formación de V inversa. Y entonces me levanto para subir abajo, a las catacumbas de mis memorias a seleccionar recuerdos inventados. Subo bajando cada vez más hasta el fondo de un río marino donde en posición fetal respiro tranquilo inmerso en líquido amniótico. Y me reinvento.


Y pienso, pienso en clave de absurdo hasta conseguir olvidar que quiero recordar

lo que nunca aprendí. Olvido y aprendo en el proceso más que cualquier maestro me pudo o quiso enseñar. Aprendo a ser. Soy no siendo.


Bajo un cielo verde nuclear miro el sol negro que, como cada tarde al amanecer, permanece inmóvil sobre tus cabezas y mi alma. Y cierro los ojos y la luz viene a mí. Y comprendo. Y como ahora sé, olvido aprender que no puedo enseñar. Y te hablo de soles brillantes que iluminan la oscuridad, de estrellas capaces de romper ignorancias. Te hablo de brújulas. Pero olvidé aprender que no puedo enseñar. Te señalo las estrellas y tú miras mi dedo. Y luego lo quieres chupar. Y los patos, como cada tarde al amanecer, vuelven volando mientras chillan, como siempre hacen, sus absurdas consignas políticas. Y vuelvo a dormirme para dejar de soñar.



Ayer te quise. Te quiste tanto que quise pegarte. Ayer te amé. Hoy te odio y te aplaudo, y te comprendo, y nos vamos juntos a la cama. Hoy te odio y por eso te amo. No pasa nada. Volveré a mi posición fetal, subiré más abajo que nunca, volveré a respirar inmerso en el líquido amniótico. Y conseguiré tu indiferencia y la mía. Y volveré a amarme.


Y mañana, los patos volverán a chillar sus consignas políticas bajo el sol negro. Pero mañana yo tranquilo y sabiamente ignorante, miraré las estrellas. Y no, no, nunca más te las señalaré. Nunca más. No me gusta que me chupes el dedo.



Mañana aprenderé a olvidar en lugar de olvidar a aprender. Aprenderé a olvidar el odio que te he tenido, el amor que te he tenido. Mañana ya no tendrá ayer y sobre tus cabezas, cada tarde al amanecer una bandada de patos volará hacia atrás en perfecta formación de V inversa.


Y sobre mi alma brillarán estrellas.

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