viernes, 10 de junio de 2011

Yo soy mi verdad




Se estremece en mí cada fibra, cada nervio, y hacía mucho tiempo que no tenía semejante sentimiento duradero de arrobamiento
Wilhelm Friedrich Nietzsche 28 de octubre de 1868


Las actualmente desagradables circunstancias no me permiten, ya no sólo realizarme como individúo, no me permiten disfrutar del más elevado de los sonidos, o mejor dicho no me permiten disfrutarlo en todo su esplendor, y temo que sean esas mismas circunstancias las que ensucien estas notas y otras notas que tan recientemente he empezado a entender. No quiero que dentro de meses o años, escucharlas traigan a mi mente este despropósito que es actualmente mi vida.

Y sin embargo...cada nota, cada sonido, cada detalle fluyen por mi consciencia y mi inconsciencia. Hacen que el mundo desaparezca, hacen que yo mismo deje de existir. "-Qué me trague el cielo, grito" Pero ni el cielo ni la tierra quieren saber ya nada de mi; y en mi montaña espero, mirando las nubes pasar, jugando con la arena.

Igual que otros coleccionan cromos de futbolistas , yo colecciono causales, casuales e insectos. No fue un 28 sino un 18, no fue en 1868 sino en 1986, fueron oniscídeos, hormigas y arañas. Una central nuclear y el principio del fin del 0.0. Era todo mentira y verdad a la vez. Pero eso poco importa, es su colección y cada cual ordena sus tesoros como quiere.


Una vez más agradezco a Carlogratto por darme a conocer esa y otras canciones, muchos piensan que lo que nos separa de los animales es la empatía, la capacidad de alterar y controlar el medio ambiente, la tecnolgía, la inteligencia... Pero tras ver a chimpancés, tras conocer el mundo de las bacterias, tras estudiar neuroetología... He llegado a otra conclusión. Nada nos separa de los animales: Somos animales, las bacterias son capaces de alterar el clima y la atmósfera, los nematodos pueden vivir a más de tres mil metros de profundidad. Muchos vertebrados dominan las herramientas, muchísimos mamíferos tienen lo que muchos llaman empatía. Si quieres buscar algo que de verdad te diferencie de un "animal" tendrás que ir a los extremos de la misma medida que ellos usan. Dejamos de ser "animales" cuando colocamos una estación en órbita, dejamos de ser animales cuando mirando un cuadro de Caspar David Friedrich, se nos estremecen las entrañas. Dejamos de ser "animales" cuando usamos la música como regalo, cuando tratamos de entenderla, cuando compartimos un sonido.
Regalar sonido, es un paso increíble, expresar mediante música, cuando en el fondo ninguno sabemos qué es la música.

Aunque en realidad veo una tremenda mentira y un acto de infeliz autoengaño pensarnos como algo distinto de los animales. Somos animales, somos el Animal-musical.


Foto: Grabado láser en mi iPod touch.

1 comentario:

  1. !Gracias por lo que me toca! Y también porque hacía mucho tiempo que no leía una reflexión tan lúcida sobre música y humanidad. Es cierto: en realidad los conceptos auténticamente esenciales, auténticamente trascendentales en esta vida...se escapan a las definiciones. No sabemos "qué" son...
    Sólo podemos sentirlos.

    Saludos!

    ResponderEliminar