martes, 14 de febrero de 2012

El tiempo vuela, como las nubes, como las naves, como las sombras.




El tiempo pasa, y nadie debería sorprenderse... Pero los humanos somos así nos sorprende lo evidente en el momento menos esperado, que si lo piensas es usualmente el momento más lógico. No en vano somos tan incoherentes y anárquicos....

El otro día almorcé con la gente que solía conformar mi mundo social durante el intervalo de edad comprendido entre los 17 y los 22 (aproximadamente) No es que actualmente, o luego de los 22 no lo fuesen, sólo que la influencia mermó.

Eramos muchos, todos sentados... pero de una plaza donde compartir litronas y cartones de tinto, se pasó a un restaurante italiano, de peleas e historias se pasó al trabajo y los temas transparentes. No digo que una cosa sea mejor que otra, no digo que no me encanten las pizzas y que adore no tener que esconderme de la policía. No digo tampoco que no me encanten las litronas al sol y las historias de peleas y aventuras.

No valoro, ni puntúo... sólo intento hacer palabras una sensación que me asaltó en aquel instante....a escasos metros de aquella plaza en la que pasé tantas horas sentí ese tópico literario «Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra» .... (El tiempo vuela, como las nubes, como las naves, como las sombras).

No iban a volver esas litros, no iban a volver esos momentos... el vértigo, el malestar la impotente tristeza me alcanzó, y me sentía fuera de lugar, fuera del tiempo...demasiado lento, pero mi cerebro aceleró... E hizo lo lógico, simular y plantearme un sinfín de situaciones similares, dejando claro que así iba a ser siempre...

Nuestra mente funciona así, a saltos. Es incapaz de unir momentos lineales, incapaz de apreciar el cambio en tiempo real, por eso nos sorprenden tanto los timelapse. El tiempo avanza, y no nos damos cuenta hasta que hay suficiente información para que los cambios sean demasiado evidentes...pasa lo mismo cuando engordamos o cuando envejecemos, cuando hacemos reformas en la casa...y tenemos la sensación de que siempre fue así, hasta que vemos una foto o un vídeo del antes.

Existe un objeto (Shishi odoshi) que representa este problema de nuestra mente a la perfección: las fuentes con bambú


Y estaba triste, y se supone que no debía de estarlo.
Y estaba perdido, y se supone que no debía de estarlo.
....
(Sigue...)

2 comentarios:

  1. Me recuerda el post a dos cosas: una película en la que una de las frases era "El tiempo pasaba, el tiempo volaba", creo recordar que era París Je t'aime, una colección de 16 cortos muy bonita.
    La segunda de significado más oscuro, y que me encanta, el aforismo que suele aparecer en los relojes de ciudades (algunos): Omnia vulnerant, ultima necat (Todas -las horas- hieren, la última mata), me gusta mucho más que el Carpe Diem que de tan manido se me hace hasta empalagoso... De alguna manera, la de los relojes me gusta más, porque es como un timelapse hecho aforismo (no sé si es correcta esta palabra en este caso) y hace sentir mejor la realidad de que nuestra percepción del tiempo no es lineal. Y aprovecharlo, claro.
    Conclusión: un comentario sobre el tiempo xD.

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    1. Omnia vulnerant, ultima necat.... Me encanta la expresión ! Yo también le tengo bastante (quizás demasiado) asco al Carpe Diem, un poco menos si lo sigues del "Memento Mori"

      Menos mal que la sensación de paso del tiempo dura poco... y rápidamente hay que ponerse a llenar el Shishi odoshi.

      Saludos

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