-Pero ¿cómo? ¡Si parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!
-¡Pues claro que sí! -convino la Reina-. Y ¿cómo si no?
-Bueno, lo que es en mi país -aclaró Alicia, jadeando aún bastante, cuando se corre tan rápido como lo hemos estado haciendo y durante algún tiempo, se suele llegar a alguna otra parte...
-¡Un país bastante lento! -replicó la Reina-. Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido.
Lewis Carrol, Alicia a través del espejoNo te das cuenta, es cuestión de perspectiva. Pero estás sobre el tablero, mientras antes seas consciente de ello, tanto mejor.
Lo primero, es darte cuenta de que eres un peón. No hay vuelta atrás, sólo puedes avanzar y avanzar, aunque ello signifique tu propio sacrificio.
Lo segundo, es que no avanzas por ti, avanzas por los demás. Cada paso que das es por el bien, de tus genes, tu familia, tu ciudad, tu país, tu especie.... Eres un peón, sustituible. Una herramienta.
Lo tercero, y más importante, es darte cuenta, que incluso los peones pueden llegar a ser Reinas. Sólo hay que llegar al final del tablero. Sólo hay que sobrevivir a todos los movimientos, un poco de suerte, un poco de maña, un poco de todo.
"La hipótesis de la Reina Roja fue propuesta por Leigh Van Valen, dentro de su Ley de las Extincions, en 1973. Él derivó este principio al observar que las probabilidades de extinción en familias de organismos, dentro de una escala de tiempo geológico eran constantes. Dicho de otra manera, Van Valen observó que la habilidad de una familia de organismos para sobrevivir no mejora a través del tiempo, y que aquella probabilidad para una familia dada es aleatoria. La hipótesis de la Reina Roja otorga una base conceptual para el estudio de las carreras armamentistas evolutivas, aunque aún no existe una forma de probarla de manera directa.
El ejemplo más claro de este principio son las carreras armamentistas que ocurren entre los predadores y sus presas, donde los predadores deben compensar las mejoras defensivas de sus presas, con mejoras ofensivas de su parte. Por ejemplo, la velocidad de los conejos y los zorros (presa y cazador), debe haberse desarrollado en paralelo en ambas especies. La metáfora de la carrera armamentista evolutiva, también propuesta por Van Valen, ha sido apropiada para describir los procesos evolutivos dinámicos."
Wikipedia.Esto enlaza con el cuarto problema. El tablero.
El tablero no para de moverse. Cambias, evolucionas, te adaptas al terreno, al clima, a tus competidores. Pero nunca terminas de conseguirlo, pues cuando te has adaptado, el ambiente ya ha cambiado. Por mucho que corras para prepararte, no sabes que es lo que va a venir. Así que no deja de ser una cuestión de suerte. Irónicamente en este mundo cambiante, quedarse quieto puede significar vencer, pero eso implica dejarlo todo al azar.
En ese aspecto, animales que no han cambiado en mucho tiempo, por puro azar se han visto beneficiados por los cambios, pero como decía napoleón "A veces una batalla lo decide todo, y a veces la cosa más insignificante decide la suerte de una batalla."
Brutal post, Raven... Me encanta...
ResponderEliminarMe quedo con esto "Lo tercero, y más importante, es darte cuenta, que incluso los peones pueden llegar a ser Reinas."
Me ha encantado... qué lección más genial por grande...
Gracias Biónica ! Es una pena que seamos tan poco los que nos demos cuenta de estas cosas, pero bueno, esto no deja de ser un juego :D
ResponderEliminarSaludos!
Ah, por cierto el post de Musashi Miyamoto pertenece al tratado de los cinco anillos. Basado en el bushido, que difiere bastante del arte de la guerra, basado en otras filosofías.
Tal vez, y solo tal vez, no debamos dejar todo en manos del azar, y luchar un poco por llegar a dejar de ser un peón...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=ynVmyGQMiQo
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