Duelo.

Mi cuerpo es mi territorio, y ningún gobierno, estado, ni ley tiene potestad sobre él. Yo decido, que entra y que no entra. Yo decido si quiero alimentarlo o destruirlo. Mi mente, cómo parte de mi cuerpo es igualmente territorio, cuyas fronteras es ilegal cruzar sin mi permiso. Y si las ideas que crecen y viven dentro de mi mente no te gustan no es mi problema. Podrán imponer normas y leyes por la fuerza dentro de un país, pero no dentro de mi mente.

La gente cómo tu que se creen dueños de todo, la gente cómo tú que creen pueden imponer sus ideas en las mentes de los demás, la gente como tú que cuando sus ideas no gustan las quieren hacer ley y tatuarlas a fuego a los que no las aceptamos.... Son el verdadero peligro contra las personas, contra las sociedades, podréis imponer y manipulara a muchos...pero no a todos. En el fondo cada uno, cada individuo es dueño de sus decisiones y de sus ideas, fiel a sus principios.

Cada vez que imagino, que alguien llegase al poder, alguien como tú. Que está tan seguro de portar el bien y la razón. Alguien cómo tú que se cree en posesión de la verdad absoluta. Alguien cómo tú que piensa que si impone sus ideas traduciéndolas a leyes paternalistas estará haciendo el bien supremo, aún tachando y eliminando la libertad individual... Me viene a la cabeza algo que dijo Yorktown.

Contra un mal gobierno...derecho fundamental de rebelión y un calibre .50