"El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar"
Sir Winston Leonard Spencer Churchill
Despertar del sueño, salir de la calidez que provoca la fantasía con las manos manchadas de sangre y barro; y la piel plagada de cicatrices. El ángel oscuro se repitió a si mismo lleno de tristeza esa frase que cada mañana al despertar se decía en voz alta.
-No eres humano, no eres humano....
Solía serlo en sus sueños, y aunque soñaba poco tardaba mucho en recuperarse del amargo sabor que dejaban en su boca.
-No, no soy humano soy como ese cuervo que observa a desde las ramas a las personas pasear...
En invierno, su plumaje negro resalta sobre la nieve y se funde con la noche, es un animal inteligente que entiende todo lo que ocurre a su alrededor, pero que hace tiempo renunció a formar parte del escenario. Nunca será un águila majestuosa, ni una exótica ave tropical. Nadie le dará comida como a las palomas del parque. El cuervo sabe todo esto ya. Es un observador oportunista y paciente, elige cuidadosamente aquellas personas a las que acercarse, y con suerte a veces acierta y puede conseguir algo de comer. Pero no es un pájaro al que nadie quiera cuidar, y además él nunca se dejaría domesticar.
Al igual, nuestro protagonista sabe que nunca formará parte de nada, todo termina siempre en el amargo despertar. Ya tiene experiencia...acostumbrado a pasear por la oscuridad se acerca a todos aquellos seres oscuros que han sido heridos y los ayuda, como el cuervo, nuestro ángel oscuro sabe elegir cuidadosamente sus objetivos. Siempre les ayuda sin esperar nada tan sólo un poco de compañía...pero él lo sabe, al final las heridas de estas personas sanan y se van; y él queda allí entre la bruma, solo una vez más.
Hoy despertó de un sueño, le despertó una frase terrible. Y más terrible fue la realidad que como cada mañana sin sol apareció ante sus ojos. Pero las montañas, el frío y la niebla son su territorio, la oscuridad su reino y la soledad su infiel compañera, él sabe que no podrá compartir esa soledad con nadie que carezca de alas.
Así que una mañana más se levanta, con la oscuridad como escudo y la música como vestimenta decide hacer aquello que siempre ha hecho...sobrevivir. Toma el cuchillo, y traza una sangrienta línea en su cuerpo, apenas queda sitio ya...pero como buen preso debe llevar la cuenta de su cautiverio en lo que vienen a ser las paredes de su prisión.
El dolor le mantiene despierto... toma sus armas mira al cielo, despliega sus alas de odio, llena sus pulmones de aire helado y grita tan fuerte como puede. Su maldición es su incapacidad para rendirse, su prisión es este mundo, y como cada día sale a luchar a muerte siendo inmortal, se enfrenta contra todo un planeta, sabiendo a ciencia cierta que no podrá ganar. Pero así es él.
(30/10/11 Un guiño a los fantasmas)
Qué grande.
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