sábado, 16 de septiembre de 2023

Choose your pain and embrace it.



Hoy he gritado, he tragado agua, he sentido el fuego en la piel en contacto con el agua helada del mar del norte, me he desprendido de casi todo y me he dejado abrazar por las corrientes..

El cielo gris, el viento soplando con todas sus fuerzas y haciendo que mis cabellos volasen libres y caóticos. Siento la arena y el salitre con cada milímetro de mis píes, veo el mar, he decidido llamarle Kevin, o más bien él me ha dicho su nombre al entrar en contacto con mi ser.  Las olas duplican mi altura, la fuerza de la corriente me mueve a su voluntad. El agua oscura, y la espuma blanca, el frío como cuchillos atravesando mi piel, mi piel ardiendo como si fuese magma. 

Pero no es el mar ni la tormenta, no es el frío ni el cansancio. No, nada de eso me asusta. Me asusta el cambio.me asusta la indefensión, porque me siento como en ese mar agitado, casi desnudo y a merced de las corrientes, a ratos esperando una ola y a ratos temiéndola cuando la veo venir.  Ayer leí una historia: Hablaba de cómo las vacas y los bisontes se comportan cuando viene una gran tormenta, Las vacas huyen de la tormenta, corren en dirección opuesta mientras que el bisonte corre hacía ella.   La tormenta acaba por atrapar a las vacas, agotadas corren bajo la tormenta durante mucho tiempo, ya que van en la misma dirección. El bisonte, en cambio acojonado se lanza a ella a toda velocidad, la cruza como quien cruza el infierno con el viento en contra con el caos a su alrededor...pero al ir en direcciones opuestas sale de ella mucho antes que las vacas, quedando delante de él el campo húmedo y la calma.   

Soy vaca, o soy bisonte. Viene una ola, una negra y amenazante, el agua está helada, mis extremidades entumecidas. Respiro.


Respiro, soy agua. Soy norte y soy sur. Soy suelo y cielo. Nado cuando no vuelo...Viene una ola

No hay comentarios:

Publicar un comentario