lunes, 15 de marzo de 2010

Música para una jauría de perros que persigue a un fugitivo en la tormenta"





El chico astro miró demasiado tiempo las estrellas, bajo la lluvia, bajo la nieve. Pasando frío y calor. Durante años, el chico esperó y esperó, y de tanto mirar el oscuro cielo, terminó siendo la oscuridad la que miró dentro de él.

Es ahora cuando el chico astro mira al frente, es ahora cuando no ve nada más que oscuridad a todo su alrededor, ya es tarde incluso ha llegado a su corazón: su cerebro, su hígado, sus riñones, su sangre... Es ahora cuando todo ese cielo sin estrellas ha encontrado un sitio que habitar. Es ahora cuando el chico astro ha dejado de sentirse vacío.

El problema, es que nunca imaginó que dejar de sentirse vacío iba a implicar sentir esta oscura plenitud, cual oscuro pasajero invisible que ansia esparcir su odio y su desgracia, muy amable él; sólo quiere compartir eso de lo que anda sobrado. Oscuridad.

¿Qué ves en sus ojos dime?, ¿qué es lo que ves?
Ya no ves océanos ni cielos, ¿dime qué es lo que ves?
¿Es odio o desprecio? No, simplemente ni lo ves.
Es lo eterno, es la inmensidad. Es el vacío
Es el infinito puro sentimiento impío
Es un inquisidor ateo.
Es un mar que hierve.
Es la mano que advierte.
Es la suerte convaleciente
¿Es el azul o el siguiente?
¿Qué importa?, dicen, si siempre miente. No es por miedo a quedar impotente, ni por ansias de ser omnisciente. Es ira... es...es infinita desidia, Son ansias, si. Eso es, son ansias de poder. Son ganas de desaparecer, de ser todo y nada a la vez.


Es ahora cuando lo que parecía rosa demuestra ser negro.
Es ahora cuando a la brisa se la llama vendaval
Es ahora cuando no trago, ni tolero, ni soporto.
Es ahora cuando la oxitocina y las endorfinas fermentan en mi interior.
Es ahora cuando siento que mi sangre es gasolina, y mis músculos chirrían cual motor.

Es ahora, cuando estoy un paso más cerca de arrancarme el corazón, si lo tuviera.
Tirarlo al suelo, pisarlo dejar una masa de carne picada sucia.
Es ahora. Fue ayer. Será mañana. Pues en realidad; soy YO


Abre, ábreme en canal. Sácame las entrañas. Pisotealas, ya da igual ya no las utilizo, juega con mis pulmones, usa mi intestino de cinturón. A quién le importa a estas alturas lo que haces con mis entrañas, yo ya estoy lleno de oscuridad. Sólo eran peso extra. Puedes llenarme de piedras y tirarme al río, como haces con todos, a mi me da igual, ya ni siquiera tengo pulmones para respirar. Puedes llenarme de ácido de batería todas las arterias de mi cuerpo, que a mi me dará igual, ya no hay corazón que bombee. He vendido mi alma al odio, he cambiado mi derecho a ser feliz por más poder. He cambiado mis manos por oscuras alas. He cambiado mis sentimientos por conocimientos. Ya no pertenezco a este mundo, ni tengo intención de volver a él.

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