viernes, 5 de noviembre de 2010

Carta Roja, para "A"





Hay un momento en el que las cosas no pueden volver atrás, un momento en el que ya ni siquiera tiene sentido frenar.

En el que te levantas auto-convenciendote que no te importa tanto, que no es nada del otro mundo, que cualquier alma anónima de la calle puede ser un punto y seguido... En ese punto te dice tu orgullo que mejor que no aparezca, que te rodean cuerpos por doquier, cuerpos que te buscan sin saberlo... Pero es mentira, todo es mentira. Claro que te importa, tanto que es su bici la primera que buscas al llegar. Claro que te importa, tanto que podrías renunciar a casi cualquier otra cosa por hacerla sonreír en un mal día, claro que te importa...

"La he cagado", piensas. Pero sabes que esta reacción en cadena comenzó hace mucho, quizás con unas mariposas... Quizás con música.. Pero está claro que todo esto llegaría, no lo sabía conscientemente, cierto es, pero si había algo dentro de mi que me lo decía a gritos.

En el teatro de operaciones, tendría que tomar un par de decisiones, básicas cuasi métricas. Decisiones consenso dentro de lo que viene a ser la psicología y la etología humana de las relaciones. Decisiones sin embargo que van en contra de mis principios, principios que no rompo ni siquiera en estos casos. Por ello no me veo jugando a partir de este nivel en el cual mis entrañas están esquizofrénicas de sensaciones. Es en este punto en el cual todo puede irse muy a la mierda, en cualquiera de sus dimensiones, en este punto en el que no me atrevo ni a pestañear por temor a la catástrofe. Pero esta situación de sentimientos isométricos, estáticos entre comillas, está destrozándome el alma, como cuando aguantas algo que pesa muy poco durante demasiado tiempo hasta que te tiembla todo el cuerpo.

Es un punto en el que no soy capaz de ver más allá de nada, ni siquiera de la más simple de las decisiones. Donde el vértigo lo inunda todo, vértigo que en parte es el que ha hecho que termines dentro de mis pensamientos, el no saber el no conocer, la curiosidad...mi punto débil, fuente de disgustos y alegrías por igual. Voy a tardar bastante en pensar todo esto y en entender, en razonar... por ello lo escribo, para tratar de entenderlo yo mismo, y de camino para forzar sensaciones a palabras.

Sinceramente, tengo una adicción.
Ando también obsesionado con una palabra y una letra.
Ablo sin ache, pués vuelvo a la infancia
Abrazo las vueltas que vuelan
Alzo la vista por si vuelve,
alcanzo la vuelta, y os veo
asociamos inercia en cada vuelta
Vuelve la letra, la primera del silabario, la primera del abecedario.
Son vueltas de tuerca, son muy a mi pesar pesimista futuros "lo siento"
Vuelven hoy inseguridades- Actúa como siempre mi instinto, dar sin esperar nada de vuelta.

Y me dices "Pues vuelve" Y vuelvo, pero me siento tan tan tan torpe...Como un niño que apenas empieza a andar, busco tu mano inconscientemente, no vaya a ser que termine volviendo a caer ahora que me siento tan alto. Pero a veces no me doy cuenta que quizás de tu mano venga la catástrofe, es más ni tan siquiera se cuál es tu intención. ¿Evitar la catástrofe?, ¿o evitar que me vuelva a caer?

Ni siquiera se si leerás esta carta virtual, ni siquiera se que voy a hacer dentro de una hora. El oráculo de matrix podía ver el futuro. Pero ni tan siquiera ella, con su poder, podía ver más allá de una decisión que no había tomado. Y claro, ¿a quién no le asusta el precipicio que se ve desde aquí?, más aún si no podemos ni imaginar las consecuencias de las decisiones.


Mientras tanto," Vi veri universum vivus vici " ( "Por el poder de la verdad, mientras viva, habré conquistado el universo" ) Ser sincero; sincero conmigo y sincero contigo. Sea para bien o para mal.

2 comentarios:

  1. Hacía mucho tiempo que no me costaba tanto pulsar el botón de "publicar ahora" Más miedo aún da, el no saber porqué lo he pulsado...

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  2. Como de costumbre, es genial leer algo que se ha escrito con tanta sinceridad, con tanto corazón. Las decisiones que se toman siempre tiene sentido, aunque la consecuencia sea terrible, y ese precipicio sea tan alto...

    Un beso.

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